lunes, 1 de marzo de 2010

¡Compatriotas!




publicado el lunes 1 de marzo del 2010

El Valedor Por Tomás Mojaro

!Compatriotas¡
La entrega de los bancos a manos extranjeras fue un errro de dimensiones inacabables. (Carlos Salinas).
El error en la privatización fue que se colaron personas que no eran capaces (Pedro Aspe, su Sec. de Hacienda).
Aquí está Carlos Salinas. Regresa el polémico personaje para aportar su versión y visión de lo acontecido en la vida política del país (1995-2006) cuando se produjo un drama nacional en el que al "compatriota" le tocó desempeñar el papel de villano y a Ernesto Zedillo el de benefactor. Aquí está de vuelta el que nunca se fue y que desde ña tenebra ha venido moviendo los hilos de la politiquería cimarrona. Con su estridente reaparición desmiente a los optimistas que lo daban por muerto, o casi. Salinas.
Desafiante, fanfarrón, se alza en el foro con el propósito de aclarar situaciones, señalar culpables y repartir culpas y justificaciones. Se trata del mismo Salinas apenas ayer repudiado y con su fama pública a nivel de la alcantarilla y el albañal, hasta el grado de que se vio forzado a huir del país a los subrepticio y asumir el destino de judío errante que corresponde a los despreciados, los redrojos humanos. Salinas...
Por tierras lejanas arrastraba el descrédito del asesino intelectual y le alcanzaba la fama pública de ladrón que se roba la mitad de la cuenta secreta como a su hora lo acusó el ex-presidente De la Madrid, para que el acusado, imperativo, lo forzara el reculón, dejándolo en calidad de viejo decrépito, necio, patético. Demente, sin más.
En fin, que el mostrenco de Agualeguas acaba de aprovechar el seminario Privatización bancaria, crisis y rescate del sistema financiero, organizado por el Centro de Estudios Espinosa Iglesia para intentar la maniobra de desubicación: alzarse del banquillo de los acusados y en él sentar a Ernesto Zedillo como causante del "error de diciembre". La mayor parte de esa versión de los hechos se consigna en La Década Perdida, Neoliberalismo y populismo en México, 1995-2006", donde en más de medio millar de páginas se barajan nombres, fechas, sucesos y personajes como los villanos favoritos del autor: Ernesto Zedillo, neoliberal responsable del Fobaproa-Ipab y el "error de diciembre, negociazo para el gobiernode Washington, y el López Obrador populista y causante de la serie de daños "que ha causado a la Nación". En el libro se incluye la crónica de los hechos trágicos que involucran a Salinas con Colosio, Posadas, los Ruiz Massieu y el hermano "10 por ciento", Raúl.
Carlos Salinas: él sí logró maquillar su condición de espurio (el primero), de impostor (el antecesor), con el apalancamiento de los neo-panistas Diego Fernández y Luis H. Álvarez y las sotanas de El Vaticano y la Conferencia del Episcopado Mexicano, "legitimación" que asa hoy día el PRI no ha logrado con el actual. Salinas consiguió "legitimarse" porque en un Liliput de capones políticos el "compatriota" del "liberalismo social" que le diseñó a la medida don Jesús Reyes Heroles tiene cinismo, audacia y tamaños. Ahora redivivo regresa comoun estridente protagonista del ejercicio politiquero, y regresa porque se aprovecha del estigma, de la maldición de unas masas que fácilmente extravían la memoria histórica. Ellas lo hubiesen linchado si en 1995 se hubiese atrevido al regreso. Pero ahora ya cuál peligro, que el cinescopio me les ha hipnotizado en los teletones, el balazo a Cabañas y las nalgas remendadas de la Ale Guzmán. Es México. Somos nosotros. (En fin)

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